El Inicio: Soñar con ser un Facebook-killer

En 2011, Google, el titán de internet que todo lo sabía (literalmente, porque tenía tus datos), decidió que ya era hora de conquistar las redes sociales. ¿La inspiración? Facebook, una plataforma que no solo era popular, sino que también acumulaba datos valiosos de usuarios. Y claro, Google no podía quedarse fuera del pastel.

Google Plus (o Google+) nació como una red social que prometía ser diferente. Según Google, ofrecía una experiencia más «organizada» y «privada». La pieza central de esta promesa eran los Círculos, una función que te permitía agrupar a tus contactos en categorías como «Familia», «Amigos» o «Compañeros de trabajo». ¿Suena práctico? Quizá, pero en la práctica, la mayoría de los usuarios no quería jugar a ser curadores de su propia vida social.

El Auge: Crecer a la fuerza nunca es buena idea

Desde el principio, Google cometió un error fundamental: obligar a la gente a usar su plataforma. ¿Querías comentar un video en YouTube? Tenías que abrir una cuenta de Google Plus. ¿Querías calificar una aplicación en Google Play? Necesitabas una cuenta de Google Plus. Fue como ese amigo pesado que insiste en invitarte a su fiesta, incluso cuando ya le dijiste que no puedes.

En un principio, estas tácticas forzaron un crecimiento impresionante en términos de usuarios registrados. Pero «registrados» no es lo mismo que «activos». De hecho, la mayoría de las cuentas de Google Plus eran como esas membresías de gimnasio que compras en enero: están ahí, pero nadie las usa.

La Confusión: ¿Qué es Google Plus, realmente?

Uno de los problemas más grandes de Google Plus fue su falta de identidad clara. ¿Era una red social para competir con Facebook? ¿Una herramienta profesional para desafiar a LinkedIn? ¿O simplemente un intento desesperado de Google por mantenerse relevante en un espacio dominado por otros?

Para los usuarios, Google Plus no tenía una propuesta de valor única. Los Círculos eran confusos, las publicaciones parecían una mezcla de Twitter y Facebook, y las Comunidades (su intento de agrupar intereses comunes) se sentían como foros de los años 2000, pero con menos actividad.

El Principio del Fin: Brechas de seguridad y desinterés

Para 2015, Google Plus ya era más un meme que una red social funcional. Aunque algunas comunidades específicas seguían activas (especialmente en tecnología y fotografía), la mayoría de los usuarios lo ignoraban.

El golpe final llegó en 2018, cuando una brecha de seguridad expuso los datos de cientos de miles de usuarios. Google, en lugar de intentar salvar la plataforma, decidió que ya era hora de desconectarla. En 2019, Google Plus fue oficialmente clausurada, con un comunicado que básicamente decía: «Lo intentamos, pero nadie nos quiso».

El Legado: Lecciones de una caída estrepitosa

Aunque Google Plus desapareció, dejó algunas lecciones importantes:

  • La innovación no se puede forzar: Obligar a los usuarios a adoptar un producto es una receta para el desastre.
  • Tamaño no es igual a éxito: No importa cuán grande seas como empresa, si tu producto no resuelve un problema real, fracasarás.
  • Escuchar al usuario es clave: Google Plus nunca logró conectar con su audiencia porque parecía diseñado más para los ingenieros de Google que para el usuario promedio.

Hoy en día, algunas ideas de Google Plus sobreviven en otros productos de Google, como las «Colecciones» en Google Maps y las «Comunidades» en YouTube. Pero para la mayoría, Google Plus será recordado como un ambicioso experimento que terminó siendo un recordatorio de que incluso los gigantes pueden tropezar.